Viernes 3 de abril. Viernes de Dolores. Preludio de la semana Santa que llega. Y nosotros, Jesuitinas de Elche, hemos querido anunciarlo con tambores. El año pasado entre las palmeras del colegio y este año desde el único sitio que lo podemos hacer. Nuestras ventanas al mundo, esas que cada tarde se llenan para homenajear a los que están cuidando de nosotros.
Una Semana Santa especial, en la que viviremos la ausencia de muchos seres queridos a los que no podemos ver por el confinamiento pero que están ahí esperando el momento del encuentro con todo el cariño guardado y “con intereses”.
Una Semana Santa que nos acerca un poco más a la que vivió Jesús. Él rodeado de gente, pero solo. Cargando en su cuerpo el peso de la misión que se le había encomendado. Nosotros en familia, encerrados en casa, luchando también por una misión que tenemos que sacar adelante: vencer al enemigo que se ha metido en nuestras vidas. Pero sabemos que después de la Semana de Pasión llega otra muy hermosa: la Semana de Pascua, esa que viviremos antes de darnos cuenta y con una nueva forma de enfrentarnos a la vida: la solidaridad entre los humanos, que tanta falta nos hace.
Este año la tamborrada ha sido especial y, a partir de ahora, nuestra vida también tiene que serlo.
Adelantándome en el tiempo y con muchas ganas de que llegue, ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Marisol Ortega. Elche, 3 de abril de 2020.